Los diarios que traen malas, que traen tristes noticias,
de crímenes, desgracias, incendios, violaciones,
deberían imprimirse sobre páginas negras
y con letras bien blancas antes de mudarse a sus destinos.
Ellos desencuadernan entre manos multitudinarias
las almas de todos nosotros, las deshojan y también las desojan.
Nos dejan las catástrofes inscritas y también las mentiras
disfrazadas de verdades pendientes de palabras y silencios.
Pero aun los que piensan y son independientes
desgranan en sus páginas de óbitos y avisos y horóscopos
rituales de cenizas y ese negror gotea hilvanando los días
y las agendas de un falso pasatiempo.
Nos distraen sin embargo de la muerte tenaz y millonésima
que llega a cada puerto de nuestra piel y nuestro miedo
mientras en la mansedumbre de la mesa familiar
componemos las palabras cruzadas.
Después se irán a sus destinos de envoltorios
de forros absorbentes de tachos de basura
o de primeras víctimas del fuego antes de los asados
y llevarán mezclándolas entre sus tintas partes de nuestras almas.
Amilcar Luis Blanco
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Los comentarios son bienvenidos pero me reservo el derecho de suprimir los que parezcan mal intencionados o de mal gusto