" . . . porque el alma amorosa es desordenada y perfecta . . ."
Juan Gelman
Ese silencio del que siempre huyo,
alma de amor, ausencia que lastima,
tuvo que ver con la cortante esgrima
de tu sonrisa ingenua y de tu orgullo.
Tuvo que ver con tu glamour, tu arrullo,
gastados sin cesar junto a tu estima,
y con mi gris, mis lágrimas, mi grima,
y un corazón que late como el tuyo.
También con tu arduo sexo de capullo,
floreciente, secreto, porque anima,
repetidos ensueños que destruyo
y engastan en tu muerte esa fama que tima.
Relumbra tu mirada de luz como un cocuyo,
milagro entre mis sombras, ángel que se me arrima.
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