Puedo decir que vengo de preguntas
y con el infinito no tengo mucho trato.
Mejor dicho, no tengo ningún trato.
Puedo decir hoy sufro la impaciencia
de ser a cada instante y consumirme.
Eso puedo decir. Que ando calmado
una vez y otra vez pisando días,
haciendo y deshaciendo mis contratos,
bajo la lluvia, el sol, no importa cuándo,
ni cómo, ni por qué, gregario y solo.
Puedo decir escucho siendo sordo,
y veo siendo ciego,
y no me llevo con mi imagen nunca.
Puedo sentirme uno y demasiados.
Y siendo luz volverme sueño o sombra
y viceversa, bien y mal, la parte, el todo.
Puedo alegar en mi favor que tiemblo
y trato de ocultarme de todos los extremos,
padezco miedo y frío, aún de verme exultante.
En fin, un hombre absurdo, como muchos,
metido entre barrotes de soledad y silencios.
Amílcar Luis Blanco ("Los objetos familiares", oleo sobre tela de Rene Magritte)
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