En el brasero de las lágrimas,
donde mi corazón es más fiel y más certero,
cuando cierro a la noche mis vigilias,
allí suelo encontrarte;
en el temblor viajero de los párpados
que desaniman pensamientos
para abrir las compuertas del desorden;
el lampo azul del sueño.
En el dolor que tañe sobre el cuerpo
igual a una perdida campanada
o al rasguido remoto de un violín solitario.
En la herida deforme y solapada
que despereza su martirio,
y hecha un solemne gato castigado
estira su costumbre de cansancio apretado
y sacude la espuma como una cabellera
de doncella violada y sollozante.-
En el horizonte macilento de las deshoras
y cuando los pobres cubiertos con diarios
padecen sus vidas como enfermedades
no queda otra pócima letal para beberse
que la hiel destilada por tus agotados pezones
su sabor a desdicha que corrompe
la miel de la palabra y el color de la sangre
descompuesta en el llano de lenta indiferencia
que inunda, cubre y hunde nuestro cielo posible.-
Amílcar Luis Blanco
Amilcar.." Desazòn "
ResponderBorrarSientes desazòn por estar atrapado por alguien que te enloquece.
¡¡ Hermoso poema e imagen !!!
un beso
Realmente el poema cumple su cometido, desazonar y hata descorazonar al lector, para hacerle partícipe del sentimiento que el poeta sufre en ese momento, que le abrasa hasta la lengua de las palabras.
ResponderBorrarPretendía escribir "hasta" y no "hata", mi querido Amílcar, es una errata, que cometo tantas...
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