La tristeza nos gana
su ajedrez de silencios.
Sentada aquí en el fondo
de la mirada mía
cumple acabadamente
su costumbre sombría.
Echa su resto de humo
caviloso, de plumas,
que vacilan hundiéndose
entre hamacas de sombras.
Una piedra de lágrimas
que la garganta aprieta
como si fuera un puño
de vez en cuando agita
su pañuelo de llanto
al fondo de mis ojos,
después se va cerrando
horizontes adentro.
Mi mano, el corazón
activo del deseo,
inquietamente busca
en qué ocupar su desasosiego
y toma un cigarrillo
otra pieza del juego.
AMILCAR BLANCO (Blog destinado preferentemente a la poesía propia) Los derechos de autor de lo publicado y a publicar en este blog están reservados y protegidos por la Dirección Nacional del derecho del autor-dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina- Expediente N° 933882
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¡¡¡Soberbio, Amilcar, sencillamente sublime!!!
ResponderBorrarNo me extraña que te lo hayan publicado en su día. Todos tus poemas son extraordinarios, pero éste es de lo mejorcito que he leído y no lo digo por halagarte.
Un beso enorme, poeta.
Me halaga de nuevo tu comentario aunque ese no haya sido tu propósito, todo lo que viene de vos me levanta muy alta la autoestima. Otro enormísimo beso para vos.-
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