Un cielo azul cayendo luminoso
por todos los costados
y la arena y la línea de las olas
y mi cuerpo palpitante como un pájaro
bajo el peso del tiempo detenido.
Libertades de oxígeno en el viento,
en el aire yodado,
y espumas como encajes
y mareos y rumbos de motores
y el silencio batiendo sus dos alas
y mis ojos cerrados, entreabiertos,
parpadeantes en el sigilo de la luz.
La mañana se abre, fresca,
después de haber dormido en el medio del mar.
AMILCAR BLANCO (Blog destinado preferentemente a la poesía propia) Los derechos de autor de lo publicado y a publicar en este blog están reservados y protegidos por la Dirección Nacional del derecho del autor-dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina- Expediente N° 933882
El mar, eterna inspiración, eterno material para crear versos y prosas. Somos de agua, formamos parte de su vientre. La madre marítima siempre nos llama, en su interior está nuestro sustento.
ResponderBorrarUn abrazo, yo también he dormido al medio del mar.
Agradezco que una poeta como vos me visite. Y es cierto, el mar es nuestra matriz ancestral.
ResponderBorrarUna descripción poética de una belleza sublime, Amilcar querido, le pondría de fondo la música de la canción de Charles Trenet "Le mer"...
ResponderBorrarUn beso de nácar y madreperla...
Queridísima Mayte, así como sos una poeta rica hasta en tu hermoso y sofisticado seudónimo, lo sos también cuando se trata de prodigar elogios ¡Qué hermoso un beso de nacar y madreperla!Espero merecerlo
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