Necesidad ¡Qué difícil emplazar tu engranaje
y ejercitar mi amor ilusionado!
Surges como descubrimiento recordado.
Tus lenguas anfibias tañen a gusto mi cordaje.
Mi sueño como el vuelo de un pájaro salvaje
contempla las rastreras miserias encumbrado.
Pero está tu apetito voraz, agazapado,
como un tigre que acecha su presa entre el ramaje.
Forzando el yugo absurdo de fiero vasallaje
que impones logro a veces, salaz y enamorado,
clavar sobre tu bestia con pasión y coraje
alguna banderilla de celeste visaje.
Pero necio y urgente, con mirar colorado,
tu toro no abandona ni el ruedo ni mi traje.
AMILCAR BLANCO (Blog destinado preferentemente a la poesía propia) Los derechos de autor de lo publicado y a publicar en este blog están reservados y protegidos por la Dirección Nacional del derecho del autor-dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina- Expediente N° 933882
Querido Amilcar, tus versos resuman una calidad extraordinaria, mis felicitaciones, compañero!!
ResponderBorrarCon todo mi cariño y admiracion
~Charo Bustos~
gracias por el maravilloso comentario en mi blog realmente maravilloso me has dejado sin palabras:_
ResponderBorrarVí un comentario en el blog de Mucha que me hizo venir a conocerte. Escribes muy bonito.
ResponderBorrarUn beso
Huy, Amílcar, apasionado soneto nos regalas esta vez, con ansia de fuego, como ese toro de lidia que habita el alma del poeta...
ResponderBorrar¡Precioso, mi querido amigo, leer tus poemas resulta tan reconfortante!
Y otro beso.
Gracias, Charo. Que a una poeta como vos le gusten mis versos indica que voy por buen camino. Un beso
ResponderBorrarMucha, no tenés nada que agradecer. Al contrario el agradecido soy yo contigo, una argentina en el extranjero que no olvida su país. Un beso.-
ResponderBorrarMujer, te agradezco. No he podido ingresar a tu blog para leerte aunque lo he intentado. Un cariño para vos.-
ResponderBorrarQueridísima Mayte. Habrás ido a corridas de toros. Me encantaría leer un relato tuyo sobre esa experiencia. Un toro nos late por dentro, a todos. A veces ese toro se nos pone en contra, nos desafía. Yo digo en mi soneto que nos persigue porque lo identifico con la necesidad como opuesta, en este caso, a la libertad, sobre todo a la libertad creativa. Un beso te envío grande no como este toro, sino como su opuesto, el enamorado de la luna de la canción, jaja.
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