Fingir, porque si finjo me apersono,
me hago de nuevo extraño y en la pista
cada compás adentra y reconquista
el misterio de un centro que abandono.
Luego volver al vórtice y al tono
de todo lo que cae por cada arista
de un cuerpo vivo de malabarista,
girando, deteniendo mi abandono.
Valsear, en miloguísima conquista
de mi mismo y a fondo, con encono,
dejando entrar al vértigo del cono
del giro a la mujer, para que asista
sólo a una desnudez equilibrista,
única en que perdono y me perdono.
Cómo se nota que debes ser un avezado bailarín, mi querido Amílcar, pues el soneto describe a la perfección el fino arte de los bailes de tu tierra, del tango, de la milonga...¡Ay, cómo me gustaría saber bailar esas danzas que de sólo verlas me emociona...! Bellísimo poema, mi querido Maestro.
ResponderBorrarAmílcar, esta semana me entregan la casa nueva y no sé lo que podré entrar, pero en cuanto pueda, vendré a leerte. He escrito algún poemita que iré editando si puedo, poco a poco y aunque ya no podré leer a tanta gente como leía, de seguro que a mis más queridos amigos, os seguiré leyendo y tú eres uno de ellos. Y si a alguna persona le molesta el cariño que te profeso, que venga y me lo diga a la cara sin la cobardía de ampararse en el anonimato. Ten por seguro que quien te ha dejado el comentario en tu anterior post no es nada mío, no sé quién es, pero me lo imagino y si es quien creo, ni siquiera le conozco, sólo le leo su blog de vez en cuando, pero hay hombres que creen que todas las mujeres les debemos algo y no, yo nada le debo a él.
No te preocupes y si te molesta, borra sus comentarios, por favor, que no te amargue alguien que ni tiene la decencia de dar la cara y que se inmiscuye en asuntos ajenos.
En cuanto pueda, vendré a leerte o a saludarte, mi muy querido amigo. Te dejo un beso enorme enorme y mis mejores deseos para la semana.
Mirá, me encanta bailar, sobre todo milonga. Siempre trato de aprender, me concentro y me dejo llevar. Pocas cosas hay en la vida que distrute tanto como abandonarme en el compás.Tuve una compañera con la que me llevé muy bien y guardo muy gratos recuerdos de esos momentos.Es verdad que, en el soneto, traté de describir la sensación y el sentimiento que me inspira bailar.Me alegro que haya servido para transmitirte en parte ese sentimiento.Siempre crei que para bailar cualquier tipo de música lo primero es sentirla, que te pase por el cuerpo y el alma.
ResponderBorrarMe alegro que te entreguen la nueva casa y espero que tú y tu marido se sientan cómodos en ella, que la disfruten mucho. A mi me produce gran placer ir a tu blog a leerte. Lei tu último poema "Tejedora" y me pareció excelente. Llegás profundamente a mi corazón con tus asociaciones y evocaciones. Siento que somos almas gemelas, ya te lo he dicho.
En cuanto al estúpido anónimo leé la contestación que te dejé bajo el comentario del video de la Merello que sigue a éste.Hasta pronto queridísima amiga y te mando un beso muy, muy enormísimo. Te quiero mucho.
No sólo tienes alma de danzarín,Amílcar,también tu mente mueve las letras con pasión y ritmo contenido.
ResponderBorrarUna belleza este soneto,que nos mueve al son de su música y su sentimiento.
Mi felicitación y mi abrazo,maestro.
M.Jésús
Tus versos danzan al son de tus palabras y de tus sentimientos, amigo.
ResponderBorrarHa sido un placer leer este soneto tan exquisito.
Un beso.
¡Gracias Majecarmu, vos sos maestra de musicalidad y ritmo, así que tu elogio me enorgullece! Un abrazo.
ResponderBorrarMaría querida, sos muy gentil, te agradezco el comentario y te envío otro beso.
ResponderBorrarYo también te quiero mucho, Amílcar y aún estaré un tiempito por aquí, porque la casa sigue retrasándose, no la tendré hasta la semana próxima, así que, de momento, sigo entrando para verte. A mí me gusta mucho bailar, pero vuestros bailes son demasiado complejos para mí.
ResponderBorrarUn beso enorme, mi muy querido amigo.