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sábado, 26 de marzo de 2011

Sinfonía urbana

Hay distancia y altura, epifanía
de prados y montañas, cielo, instante,
respiración de oxígeno exultante,
satisfacción en plenitud y umbría.

Pero hay son de ciudad hecha agonía
de bosque agazapado y una furia rampante
caminando en la gente, en actitud errante.
Las calles clamorean su ardua sinfonía.

Abro ojos y oidos. El aire desvaría.
Hay ventanas abiertas a un aura equidistante
de campiña y ciudad y una porfía

de bocinas y pájaros, fluctuante,
de motores, sirenas, tambores; una orgía
de sonidos sumados, extenuante.-

6 comentarios:

  1. Querido Amílcar: Preciosa tu sinfonía de sonidos variados mezclados en la gran ciudad que a veces, en efecto, llega a extenuar si no fuera por el piar de los pájaros a los que no sabemos escuchar.
    Un abrazo

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  2. Amílcar, has plasmado de una forma genial esos sonidos que se perciben desde las grandes urbes cuando se las observa a cierta distancia, desde un altozano y se las contempla majestuosas, como mujeres yacentes a la espera de la posesión carnal y parecen ser lo que no son: lugares apacibles, cuando son extenuantes, pero...no podemos vivir si esa amalgama de natura y artificio que nos procura una cómoda vida...

    Un gran beso, Poeta, Maestro, tus versos están cuajados de sabiduría.

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  3. Eres, argentino magnífico, varón arrasador que todo lo logra. Prueba de ello, esta sinfonía: nada queda estático ante la pujanza del ritmo y el alcance de la melodía. Saxos y bandoneones y un piano de fondo con violines clavando sus arcos en el mismísimo centro de esa ciudad fascinante y obnubilada de variaciones que la ensordecen y la hacen marear y abrirse de piernas... Palpo también tu potencia sexual; tu sexo hecho batuta; dirigiéndolo y fecundándolo todo. Un fuerte abrazo, Amílcar.

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  4. Gracias, Rafael, por la visita y el comentario. Es cierto que rara vez escuchamos a los pájaros. Un abrazo

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  5. Querida Mayte. Es cierto y, también, la contemplación y audición de la ciudad desde un altozano (siempre tenés la mejor, la más apropiada y bella palabra)es como la de una mujer yacente, pero mucho más, permitime, cuando andás entre dunas o médanos que simulan formas femeninas o cuando, desde el automóvil, ves la llanura con suaves ondulaciones. Aquí en mi Provincia y en Argentina hay llanuras con ondulaciones. Es como andar entre pechos, vientres, muslos, gluteos y grupas, jejeje. Un enorme beso

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  6. Querido Pedro. Gracias por tu visita. Toda esa encarnación, personalización del paisaje visto y oido, si lo pienso desde la Rapsodia en azul de Gerswin, sobre todo, me dan ganas sí, como vos decís, de dirigirlo y empuñar la batuta y si es la de mi propio sexo mejor, porque, con qué contrabalancear tanta orgía contradictoria sino con ese exhibicionismo metafórico. Un beso y abrazo para vos.-

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