El zumo de la vida saboreado en el sueño,
para saciar el fuego del deseo,
conecta nuestro lúbrico mareo
a un vibrar de torrente y al empeño
de nadar o volar con flojo ceño
libres del yugo agraz y del arreo
de la preocupación y el ajetreo
que nos aherroja al indeseado dueño
del estres, la estrechez. Un devaneo
de voluptuoso hacer, que al duro leño
convierte en llama pura y camafeo.
Este amarnos sin vernos; este sueño
vivido en la vigilia, en apareo
de mutuo amor y escaso desempeño
Amílcar Luis Blanco.
Pintura: "Il satiro di Van Dick", ("El sátiro de Van Dick"), 2009, Gigino Falconi.
Tremendo y sugerente tu poema,Amílcar.La vida nos ofrece ese "zumo de la vida"de mil formas...El sueño,a veces,es más real que la vida misma,por tanto,sigamos soñando,disfrutando y creando poemas tan intensos y cálidos,como el tuyo,amigo.
ResponderBorrarMi felicitación por esa inspiración,por esa ilusión y por ese amor,que sea siempre eterno.
Mi abrazo inmenso y feliz día,poeta.
M.Jesús
Gracias de nuevo, María Jesús. Es verdad eso de que los sueños suelen ser más vívidos e intensos que ciertas realidades chatas porque otras más vale ingnorarlas, no caer en las depresiones que nos abren. Mi abrazo inmenso también para vos y que tengas un maravilloso día.
ResponderBorrarMuy sensual y hermoso este poema, Amílcar querido. Soñar es una de las pocas cosas que tenemos a nuestro alcance y dejarnos envolver por el mundo de lo onírico puede hacernos un poquito más felices.
ResponderBorrarBesitos y mis felicitaciones.
Hola Amílcar, bella tu entrada, un escrito lleno de sentimientos y amor, mirando y oyéndolo todo, se siente un bienestar que se agradecen en tus palabras. Un abrazo.
ResponderBorrarAsí es, querida Mayte, dejarnos envolver por el sueño, por la ilusión, ensanchar lo prosaico con lo poético, lo real con lo fantástico, pero, poner nuestra imaginación al servicio de la realidad. Un besaso para tí.
ResponderBorrarHola Lola, gracias por los elogios y si he conseguido trasmitirte bienestar me considero hecho. Un abrazo.
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