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domingo, 27 de noviembre de 2011

LA DESPEDIDA


Bebo sin inmutarme
una porción de liquido sombrío
y finjo ser afable
Y parodio lo cruel de humanizarme,
sabiéndome tan líquido y palpable
como el agua de un río.

Voy al café y a recibir la tarde.
Débil el sol lejano se retira,
trago restos de hastío,
pasa la gente y en mis ojos arde
el clamor de tu rostro que me mira
impertérrito y frío.

Quiero decirte lo que no te digo.
Mi lengua se detiene.
Mi mano va a la taza.
Me convierto en inválido testigo
de tu adiós. Me contiene
la desolada vista de la plaza.

Y ya en la despedida,
abierto el laberinto que bifurca
pasos de soledad oblicuamente,
no vuelvo la cabeza ni la vida.
A nuestros pies la senda que se surca
deslindará en olvidos cada frente.


Amílcar Luis Blanco ("La despedida" Pintura de Remedios Varo)

2 comentarios:

  1. ...aunque nos duela, cueste asi es mejor,mirar adelante...un abrazo AMILCAR. j.r.s.

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  2. Amílcar querido, sólo espero que esto sea una evocación y no una despedida de nadei querido. El poema es muy hermoso, como todos los tuyos, pero doliente...


    Besos, amigo del alma, amigo querido.

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