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martes, 29 de noviembre de 2011

El origen de la vida


Tú, te me haces de día cada noche,
horas en que tu cuerpo repta y busca
con zarpas sigilosas y fulgor de reproche
el cuerpo de mi cuerpo en una brusca
sucesión de deseo y sed lupina.
Se extienden tus caderas y vertical tu sexo.
te hace rampante hembra turbia y fina,
metida en la pulsión a la que anexo,
mi propio ser que ingresa en tus latidos
hundiéndose en tu puerta femenina.
Lúbrica en el fulgor de tus tejidos
la pasión que desnuda y que fulmina
el tiempo del planeta que en el polvo termina.

Tú, siendo ya el comienzo de la vida;
la material, de sangre y de ceniza,
que a la nada nos quita y nos olvida
en las manos del tiempo y de su prisa.
Tú, comienzo de todo, recia gruta,
deliciosa y jugosa, antigua fruta,
escandida, encendida; conducente
al laberinto que proteicamente
seguirá transformándonos y al vaso
que el tiempo escanciará, desocupándose
del gratuito sonar de nuestro paso
para dejar abierta y desbrozándose
la entrada de la vida en tu regazo.


Amilcar Luis Blanco (Pintura "El origen del mundo" de Gustave Courbet)

2 comentarios:

  1. ...delicado misterio aún por resolver...un abrazo AMILCAR. j.r.s.

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  2. El poema es de una complejidad, una belleza y una sensualidad como sólo tú podrías componer, mi querido Amílcar. Audaz y encendido, muestra el origen de la vida sin tapujo alguno, como audaz y explícita es esta pintura con que lo ilustras, joya de la erotomanía de otros tiempos y sobre el cual se sabe que se exhibía oculto por otro cuadro del mismo autor en la tienda de un anticuario. Un cuadro con historia y leyenda al uso, que supuso toda una revolución en su tiempo.

    Un beso y muy feliz fin de semana, Poeta, Maestro.

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