Seguidores

Translate

domingo, 9 de marzo de 2014

¡Ay, va cayendo ella . . .




¡Ay, va cayendo ella de su vientre y su espalda,
se arruga su contorno de sólida ternura
y su corporeidad  ancla madura
en el diestro pincel que la respalda!

Es la corporeidad de la hermosura
no necesita rostro, su rubiedad la escalda
y al cabo de su grupa se adivina y se salda
esa inquietud rampante del  pudor que no cura.

La pantorrilla, el muslo, de un andar impaciente
y el pie que ofrece su talón en gesto
parecen animarse hacia la acción corriente

cautivos en el ojo del pintor, en su arresto,
que ha tomado el marrón y el rojo y lo envolvente
de un bruno pizarrón para esconder su frente.

Amílcar Luis Blanco  ("Desnudo", pintura de Warren Chang)

5 comentarios:

  1. Hola amigo, una descripción amorosa del tiempo que empieza a caer sobre nosotras, mujeres de media edad, maduras pero no pochas, y que nos hace sentir los años sin que nos pese, hemos llorado, y amado, total a lo que venimos… hemos vivido llegando a este estado de placidez y vida. Aun nos queda mucho por hacer, si el tiempo así lo quiere. Hermosa entrada amigo. Un abrazo.

    ResponderBorrar
  2. La inquietud rampante del pudor que no cura, te ha cautivado, Maestro, te ha cautivado, Poeta. A ti, como al pintor.

    Besos, Amílcar, me dejas la dulzura de tus versos para soñar con ellos y con sus colores.

    ResponderBorrar
  3. Lola, gracias por la visita y el comentario. La pintura refleja más la belleza que la edad desde mi punto de vista,claro.
    Un beso.

    ResponderBorrar
  4. Ya lo creo, Mayte, me ha cautivado y todos esos maravillosos frescos que puedo admirar gracias a vos y me parecen a cual más enjundioso de profundiad y belleza.

    Besos también para vos que me dejas un comentario tan estimulante.

    ResponderBorrar
  5. Amiga Mayte
    Que lindo soneto escreveste...é lindo
    Quero também agradecer o comentário deixado no meu Blog
    Votos de boa semana

    ResponderBorrar

Los comentarios son bienvenidos pero me reservo el derecho de suprimir los que parezcan mal intencionados o de mal gusto