Del torso y hacia el cielo
la desnudez sin duda repercute.
Guardamos nuestras cuitas
como en los funerales las distancias
que nos separan del cuerpo presente.
Por eso nuestros ojos caen,
resbalan con avidez infinita
sobre la belleza del cuerpo vivo
de una mujer a todos ofrecida
y aún de cuerpo ausente de la cintura al cielo.
Porque hay cielo en su piel y repercute.
Azules en la arcilla del magenta entre ocres y marrones
y esa nariz enhiesta y ese brío de la altivez en calma
y todo en ella pega y se reparte en alba, en sosegada plata.
El cierre abierto de su jean promete, augura una templanza
y sus manos caídas, resignadas, la mantienen en vilo.
Amilcar Luis Blanco ( "Desnudo" de Germán del Solar Becker)
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